La abundante nieve que caía en Villanueva en los inviernos, permitió desarrollar una industria de la que vivían cinco familias.
Estos de desarrollaron su ingenio para comercializar la nieve.
Los pozos de nieve eran usados con el fin de fabricar y almacenar hielo para exportarlo a otros lugares donde no tenían posibilidad de tener pozos que proporcionaban hielo para poder usarlo en las casas, para conservar los alimentos durante todo el año o para fabricar y conservar medicamentos.
Los pozos de nieve eran excavaciones realizadas bajo tierra y en ocasiones en la superficie,de forma circular o cuadrangular, de diversos diámetros y forrados de piedra.
Tenían un desagüe por el que salia el agua del deshielo para mantenerlo seco.
Algunos tenían una escalera espiral pegada al muro que permitía acceder hasta el fondo para poder realizar los trabajos necesarios.
Se hacían en zonas secas y sombrías para que el hielo se conservara en verano.
La fabricación del hielo comenzaba cortando la nieve con palas y llevándola a los pozos, donde la prensaban para convertirla en hielo (al pisar la nieve se compacta para que ocupe menos y se conserve mas tiempo en forma de hielo).Después se cubría con palos, pajas, tejas...
En verano se cortaba bloques de hielo que se transportaban en caballerías mediante serrones de esparto, cubriendo el hielo con paja y después con mantas.
En Villanueva existían uno próximo al Molinillo, otro al norte de la iglesia, otro en el cerro de Mingrarilla, otro en el barrio del canchal y otro conocido como El Pozo de la Animas. Estos dos últimos pertenecian a la iglesia.
El hielo de Villanueva se comercializaba a lugares alejados de la villa, como Peñaranda de Bracamonte o Avila capital.
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